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La vertebroplastia es una técnica mínimamente invasiva que pretende rellenar el cuerpo vertebral con un material (cemento acrílico) que permite ser introducido a presión en estado líquido-viscoso. Este cemento especial se endurece en un corto espacio de tiempo y permite reforzar la vértebra de manera casi inmediata. El objetivo principal de este procedimiento es el control del dolor.
Sirve además para paliar el dolor debido a la fractura
compresiva.
Se basa en inyectar cemento acrílico (polimetil
metacrilato-PMMA) a través de una cánula en el hueso
fracturado.
Se usa para tratar el dolor producido por una fractura compresiva.
Tras la menopausia, las mujeres son muy susceptibles a la osteopenia.
Más de una cuarta parte de las mujeres mayores de 65 años
desarrollan una fractura osteoporótica. Esta situación
les produce dolor y limitación funcional y esto último,
además incrementa la osteopenia.
La vertebroplastia se lleva a cabo en ancianos, sobre todo, que sufren
una limitación funcional y una osteoporosis tan severas que les
impiden ser candidatos a la cirugía espinal y en los cuales ha
fallado el tratamiento analgésico.
También son candidatos a la vertebroplastia los pacientes que
presentan afectación vertebral por tumor y en mucha menor
proporción jóvenes con osteopenia por tratamientos
prolongados esteroideos o por desórdenes metabólicos.
La vertebroplastia requiere de una punción en el cuerpo
vertebral unilateral o bilateral. El control de la punción se
realiza con el intensificador de imágenes o mediante
tomografía computerizada (TAC).
Tras comprobar la correcta localización de la aguja se procede a
la introducción del cemento acrílico (previamente, aunque
no es obligatorio, se puede realizar un vertebrografía que
permite conocer la dinámica del retorno venoso de cada vertebra
para intentar evitar las fugas de dicho cemento).
Es efectiva porque el hueso poroso se rellena con el cemento y se
refuerza, siendo menos probable una segunda fractura. Después de
la vertebroplastia, el cemento estabiliza la fractura y así se
evita el dolor. Se recupera la movilidad en 24 horas y se puede reducir
o incluso suprimir la medicación. Aunque en la vertebroplastia
el objetivo no es recuperar parte de la altura del cuerpo vertebral
sino disminuir el dolor, recientemente se ha comprobado que cuando se
introduce el PMMA se induce un pequeño grado de
recuperación de la altura del cuerpo vertebral.
Normalmente esta técnica se realiza con anestesia general (en
decúbito prono), aunque también se puede hacer con
anestesia local y sedación. El paciente generalmente es dado de
alta en 24-48 horas pudiendo iniciar de esta manera la
deambulación.